Hoy decidí consentirme porque no hay nada mejor que el amor propio.
Me siento muy triste por lo sucedido, y quiero brindarte todo mi apoyo. Lamento mucho tu pérdida.
Mi más sentido pésame, no me puedo imaginar el dolor que debes sentir, pero te presto mi hombro por si te sirve de apoyo.
En los malos momentos miro al cielo y me alegra recordar que te tengo.
No quiero dejarte ir, ¡Cada vez la distancia se me hace más difícil!
Todos tenemos buenas habilidades, pero nunca dejes de perfeccionarlas.
La música es un ritmo que te corre por las venas y te hace alucinar.
Sabio no es quien dice serlo, es quien lo es y le enseña a los demás.
Sé que puedo estar sin ti… ¡pero no quiero! Te extraño, mi amor.
Yo decidí confiar, pero tu elegiste decepcionar.
Si tienes fe, tienes ya mucho de lo que necesitas para alcanzar tus objetivos.
Nos enamoramos y desde ese momento no dejé de pensar en ti, de querer pasar tiempo contigo, de querer cuidarte, de hacer todo lo posible para que siempre estés bien. Gracias por demostrarme lo mismo, ¡eres el amor de mi vida!
Le agradezco al Señor por la familia que tengo: bondadosa, afectuosa y respetuosa.
Me miró y supe que no lo volvería a ver jamás.
De todas las locuras que he hecho, las que más recuerdo son con mis mejores amigos.