Ser feministas es sinónimo de ser valiente y valorar la igualdad.
Los éxitos que ya consiguieron las mujeres feministas me inspiran para querer seguir cambiando el mundo.
Luchar por tus derechos no es algo errado, lo que está errado es que no los tengas.
La lucha por la igualdad no ha hecho nada más que comenzar.
Rompe las cadenas que te oprimen y lucha por tener un lugar, aquel que no te dan pero que te pertenece.
Luchar por lo que es tuyo es decente y valiente.
La sororidad es un arma de gran poder, pues todas juntas apoyándonos, somos más fuertes que por separado.
En un mundo desigual, luchar por la igualdad es lo más digno que hay.
Prueba hablar, gritar, luchar, te darás cuenta de lo bien que lo haces, y nadie te parará.
El feminismo me ha enseñado que puedo empoderarme y ser valiente.
El feminismo no es solo para mujeres, sino para hombres valientes e inteligentes.
Una sociedad que no es igualitaria es una sociedad que se debe cambiar.
Que no decidan por ti cuando tú sola puedes hacerlo.
Atrévete a ser una de esas mujeres que son parte de la historia.
En la historia hay tantas mujeres como hombres, pero de las primeras, no nos enseñaron sus nombres.
La sociedad nos dice como debemos ser y como debernos comportarnos, pero ya me harté, y ahora voy a ser como yo quiero ser.
Mujer, tú tienes voz y si no es así, ¿Qué esperas para defenderte?
Si vas a ocupar el espacio de un hombre para hacer lo mismo que hizo él, vamos por mal camino.
Si venimos del mismo lugar no entiendo porque no podemos llegar también al mismo sitio.
Las mujeres somos diversas y queremos libertad y derechos para todas ellas.