No hay nada que me guste más que la sensación de saber que estoy disfrutando la vida.
La belleza que está en el interior es la más pura y verdadera.
Si consigues comprender a los demás, encontrarás la paz.
Los abuelos son generosos pues nos regalan siempre con una sonrisa su alegría y su sabiduría.
Yo solo quiero una cosa en esta vida, y es que tú seas feliz, hija.
Hija, eres mi motivación y mi energía para seguir adelante todos los días.
A veces queremos cronometrar cada momento, y nos olvidamos de que lo más importante es disfrutar.
Pienso en ti, y cuando lo hago no dejo de sentir que eres el amor de mi vida. Conocerte lo cambió todo para mí, contigo llego la alegría y la esperanza. Te amo.
¡Solo quien tiene un hijo puede afirmar que el amor incondicional existe!
A veces solo necesitamos ponernos los audífonos, reproducir una buena música y cerrar los ojos.
Me haces sentir bien, siempre tienes una palabra buena para mi, ¡adoro que seamos las mejores amigas!
Aprovecha los momentos de felicidad al máximo, y no dudes en compartirlos con tus seres queridos, pues hará que te sientas aún mejor.
La fuerza y el coraje ante la adversidad se duplican si eres mujer.
Me maravilla la curiosidad y las ganas de aprender de los niños, y por eso, intento parecerme a ellos.
Todos los días me despierto y pienso, ¡que orgullo de hijo que tengo!