Tuve que decir adiósa quien más amaba,pero fue lo mejorpara los dos.
Me gustaría pensar que este adiós que hoy te doy no es un adiós para siempre.
Decir adiós a la persona a la que un día amaste duele.
Cuando me aleje,no estés triste, puesalgún día iba a llegarel momento dedecirnos adiós.
Solo la vida sabe cual es el mejor rumbo para mi, ¡Adiós!
A veces las despedidasvienen en el momentomás oportuno.
No me gusta despedirme,me pone mucho más tristede lo que ya es en sítener que marchar.
De despedidas esta llenala vida, a veces para bien,y otras para mal.
Hubo un momento demi vida en que tuveque seguir adelante,sin mirar atrás.
Me miró y supe que nolo volvería a ver jamás.
Gracias a las despedidas soy mucho más fuerte.
Me hubiera dolido menosque te marcharas, si tehubieras despedido.
A veces antes de herir a alguien es mejor despedirse.
Tuve que marcharme,a veces, la vida es así.
Todavía busco losmotivos por los quete fuiste, pues túno me los diste.
Decir adiós es complicado, pero en algunas ocasiones, es la mejor solución para poder volver a comenzar.
Con cada adiós se parte un pedazo de mi corazón.
Ya no me necesitas, y ha llegado el momento de decirte adiós.
Por San Valentín todo es más hermoso porque celebramos nuestro amor desde que sale el sol hasta que le decimos adiós.
Una de las palabras más difíciles de oír y decir es adiós.