Ser los papás de un hijo tan maravilloso como tú es el mejor regalo que la vida nos pudo dar.
Mi hijo es la persona de quien más me enorgullezco, y sé que siempre será así.
Hijo, cuando te sostuve entre mis brazos por primera vez sentí un orgullo infinito, que no se puede comparar con nada.
Hijo, eres único, así como lo es también el orgullo que siento por ti.
Hijo, en un día pueden pasar muchas cosas, pero hay algo que no cambia nunca cuando voy a dormir, y es mi orgullo por ti.
Hijo mío, sé alegre y optimista, pues es la mejor manera de encarar la vida.
Hijo, tu llegada es lo mejor que me ha pasado en la vida.
Este orgullo tan grande que tengo es gracias a ti, mi hijo amado, pues siempre supe que tenerte era una bendición.
¿Un amor inmenso por una persona tan chiquita? Quien tiene un hijo puede entenderlo perfectamente, y se llama amor de madre.
Hijo, siempre tendrás mi mano para sostenerte. ¡Nunca te dejaré caer!
Hijo, me basta una mirada o una sonrisa tuya, para sentirme plenamente feliz.
El orgullo de tenerte no se compara a nada más en esta vida, hijo.
Todos tus esfuerzos tienen sus recompensas, hijo mío, y una de ellas es mi infinito orgullo por ti.
Hijo, estoy orgulloso de ti porque tienes un buen corazón, y se que serás una persona honesta y bondadosa.
No importa cuántas veces te equivoques, siempre estaré aquí para aconsejarte, hijo.
Miro hacia atrás y me emociono mucho al ver todo lo que has alcanzado, hijo mío.
No hay nada que me genere tanto orgullo como tenerte, hijo mío.
Hijo mío, la vida que llevas es motivo de orgullo, ¡tienes muchos motivos para estar contento contigo mismo!
Todos los días me despierto y pienso, ¡que orgullo de hijo que tengo!
Aunque llegue a casa sin energías después de un día duro de trabajo, las saco de donde haga falta para jugar contigo, hijo.