Muy rápido te has olvidado de que éramos amigas y eso me hace pensar que para ti no lo éramos tanto.
Conmigo has sido tan mala amiga que para mi llevas siempre la capa de invisibilidad.
Esperaba escuchar tus disculpas y después me di cuenta de que no llegarían pues nunca fuiste una buena amiga.
Solía ser tan buena amiga, que ignoraba tus indicios de falsedad.
Basta un poco de tiempo para descubrir quien vale realmente la pena y quien no, y tú estás en el segundo grupo.
No sé si ya te había dicho que después de lo que pasó tu amistad la guardé en un cajón.
Creo que tienes suficiente con ocuparte de tu propia vida, por eso, no te metas en la mía.
¿Vas a parar de actuar como si no tuvieras alma o estás esperando a que alguien te diga que lo que haces no está nada bien?
Eras la que más hablaba de amistad, pero no cumples ni una de las cosas que predicas.
Durante mucho tiempo dijimos ser amigas, y lo que más me dolió fue desaparecer de tu corazón.