Los niños nos danenergía, nos ceden suimaginación, ¡y a su ladotodo parece ser posible!
De los niños siemprese aprende algo,¡lo único que necesitases escucharlos!
Todos los niños tienenalgo que les hacemaravillosos y especiales.
Ojalá todos los niñosdisfrutasen de susplenos derechos.
Admiro a los niños,tan pequeños, contantas ideas y conun mundo propiotan particular.
Los niños son muygenerosos y su felicidades contagiosa.
Nadie sabe descubrirla alegría de cada minutomejor que los niños.
Me maravilla la curiosidady las ganas de aprenderde los niños, y por eso,intento parecerme a ellos.
Escuchar más a losniños es algo muybueno que todos losadultos deberían hacer.
No hay nada másbello que la risade los niños.
Debemos ser más comolos niños, sinceros, cariñososy dispuestos a ayudar.
Ojalá tuviésemos elvalor como adultospara ser tan sinceroscomo los niños.
Si aprendiéramos más delos niños, los adultos seríamosmás libres y más felices.
Nunca dejes de soñar porque todo se puede hacer realidad, solo basta imaginarlo.
Disfruta tu ahora que de grande tendrás tiempo para cumplir todos tus sueños.
El secreto de la vida es hacer todo con entusiasmo y alegría, nunca lo olvides y sigue siendo un niño muy feliz.
Tus emociones son válidas, y tus palabras importantes, recuérdalo siempre.
Confía en mí cuando te digo que ser niño es lo más divertido del mundo, así que sonríe y ríe hasta más no poder.
Si estar feliz se demuestra al sonreír, espero que tú nunca dejes de hacerlo.
¡La etapa más bonita de la vida es la que está viviendo ahora! Vívela con esa gran sonrisa contagiante que tanto te identifica.