No supe cómo decirte adiós, así que simplemente me alejé.
Es triste decir adiós, pero así estaremos mejor.
En estos momentos no me siento con fuerzas para afrontar una nueva despedida.
No quiero que esto sea un adiós, quiero que sea un pronto nos veremos.
Ya no me necesitas, y ha llegado el momento de decirte adiós.
Todavía no he podido superar que te marchaste sin decir adiós.
Justo en el momentoen que te dije adiós,la tristeza invadiómi corazón.
Lloré mucho por nuestradespedida, y aún sientoen mi corazón esa herida.
Soy de esas personas que huyen a las despedidas.
No te quiero dejar ir porque se va una parte de mi corazón contigo.
A veces es mejor despedirse y no mirar hacia atrás.
Me miró y supe que nolo volvería a ver jamás.
Me hubiera dolido menosque te marcharas, si tehubieras despedido.
No me gusta despedirme,me pone mucho más tristede lo que ya es en sítener que marchar.
Tomé la decisión de irme y aprender a conocerme mejor.
A veces antes de herir a alguien es mejor despedirse.
Que las circunstancias de la vida me hayan llevado a tener que marcharme, no quiere decir que me vaya a olvidar de donde vengo.
Todavía busco losmotivos por los quete fuiste, pues túno me los diste.
Aunque sea difícil, prefiero verte y que nos despidamos, a que te marches sin avisar.
Tuve que marcharme,a veces, la vida es así.