Todo lo que tengo lo he conseguido sin olvidarme de que Jesús es mi salvador.
Hasta en las peores tempestades, esta Dios con un paraguas.
La vida me llevó a conocer el camino de Jesús, y es algo que agradeceré siempre.
Con sus acciones, Jesús nos mostro un camino hermoso, lleno de bondad y de amor.
Hace mucho que solté mis preocupaciones y las dejé en las manos de Dios.
No sé si existe un amor mayor del que Jesús sintió por cada una de las personas con las que se cruzó.
Hoy miré al cielo, miré el paisaje, miré a mi familia y justo en ese momento contemplé tu grandeza ¡Gracias, Diosito!
Gracias Señor, porque me das tanta alegría.
Agradezco al Señor por cuidar de mi y de los míos a cada momento.
Hoy la vida me ha regalado un día más, ¡gracias Señor!
No recuerdo ni un solo momento de mi vida en el que Señor no haya estado presente.
Soy una persona bendecida. ¡Señor, gracias por llevarme de la mano hacia mi mejor futuro!
No necesito grandes riquezas, me basta con saber que vivo acompañada por ti, Señor. Gracias.
Señor mío, Jesucristo, dame las fuerzas cuando me falten e inspírame con tu buen hacer para poder vivir una vida mejor.
Señor, me amas pese a mis imperfecciones y quiero agradecerte por ello.
La fé es nuestro bien más preciado; gracias Señor por mantenerla viva.
Gracias Señor porque me amas, me cuidas y siempre quieres lo mejor para mi.
La fe hace mi camino más liviano, y más firmes cada uno de mis pasos.
No hay nadie más justo que tú, mi Señor, y de ti aprendo a cada momento.
Todo lo que siento hacia ti, Señor, es gratitud.