Hay personas que hacen que la tristeza simplemente se evapore.
A veces hace falta un poco de tristeza para valorar aún más los momentos felices.
Si te doy la mano y me traicionas lo lamento, pero no puedo evitar la tristeza.
A veces la soledad y la desilusión son mis únicos acompañantes.
A veces me preguntan de donde saco mi fortaleza, y yo les digo que es de todo lo que ya sufrí.
Solo de pensar que no eres esa persona que yo pensé que eras, me entran ganas de llorar.
Cuando te cansas de que te hagan daño, ¿dónde te escondes hasta que pase el mal rato?
Al final, perdí mi tiempo y te perdí a ti.
No pienso luchar con quien nunca deja de desilusionarme.
El desamor y la tristeza van siempre unidos, porque no hay nada más triste que tener que alejarte de alguien a quien amabas.
Sentirse solo y triste y saber que nadie vendrá a consolarte es de las peores situaciones por las que puedes pasar.
La tristeza puede derrumbarte, pero solo tú puedes levantarte.
Es triste pasar por un desamor, pero de todo se aprende en esta vida, y cada aprendizaje nos hace más fuertes.
Nunca sentí una tristeza tan profunda como la que siento el día hoy al no estar a tu lado.
Estoy triste y sin esperanzas, pero me consuela un poco saber que el desamor se supera.
El amor tiene la capacidad de hacerte sentir eufórico de felicidad o desolado de tristeza, pero sé que esta desolación que siento pasará en algún momento.
Lo malo de la decepción es que siempre viene de las personas a las que queremos, pues si no, nos daría igual.
La tristeza es una emoción que debemos conocer, afrontar y superar.
Fue triste darme cuenta de que por mucho que te amase no me hacías bien y nunca me lo ibas a hacer.
Lo más triste es que a pesar de todo, sigo echándote de menos.