Para mi, Jesús es el mayor ejemplo a seguir, es inspiración y admiración, y por él siento la mayor gratitud.
Con las enseñanzas de Jesús solo hay un camino, ¡convertirte en una persona mejor!
Si Jesús no estuviese a mi lado para guiar mis pasos todos los días, no sé qué sería de mi vida.
Jesús nos enseñó a amar a los demás como a nosotros mismos, por eso debemos amarnos mucho, para poder dar lo mismo.
Querido Jesús, espero sepas que te tengo presente en cada uno de mis días y en cada una de mis decisiones.
Jesús amado, no me queda más que agradecerte por todo, pues tú has guiado mi vida y la has llenado de amor y alegría.
Jesús fue y es una inspiración para todos los que soñamos y creemos en que podemos ser mejores personas.
Jesús reina en mi casa, en mi vida y en cada uno de mis actos.
En Jesús podemos ver la bondad del hombre, ¡aprendamos de él!
Llevo a Jesús en mi corazón, es mi guía y mi consuelo, mi mejor compañero.
Jesús es ese ideal perfecto que tenemos que seguir para vencer cualquier inconveniencia con calma y serenidad.
Jesús, toda mi felicidad es gracias a ti, te prometo dar lo mejor de mí para que nunca te alejes de mi lado.
Nunca te escuché, nunca te vi, nunca pude o podré confirmar tu presencia, pero tengo la seguridad de que siempre estas a mi lado, Jesús amado.
Confío en mi para salir adelante en la vida, y en Jesús pongo mis esperanzas.
A tu lado, Jesús mío, aprendí muchas cosas, especialmente a hacer todo con una buena voluntad y esfuerzo para lograr el éxito.
Jesús, te seguiré hacia todos lados de ojos cerrados porque eres la luz divina que guía mis pisadas por un camino de paz y tranquilidad.
Sé que sigo el buen camino, porque aprendo del más bondadoso de todos los hombres, nuestro Señor Jesús.
Querido Jesús, tú eres la claridad que ilumina mi mente y mis decisiones, gracias por todo.
Todo lo que tengo lo he conseguido sin olvidarme de que Jesús es mi salvador.
Hay algo en lo que siempre puedo confiar y que sé que no me fallará, ¡la palabra de Jesús!