Si te ignoro es porque no significas nada para mi.
Conmigo no cuentes más, es más fácil que ocurra cualquier milagro a que yo en ti vuelva a confiar.
Me di cuenta que no tenías tiempo para mi, y por eso dejé de regalarte mi amistad.
Creí que eras mi amiga, pero luego me di cuenta de que fue todo un sueño.
Hay amistades tóxicas, y la tuya es tan solo un ejemplo más.
Te enfocaste tanto en ti que me perdiste y ni cuenta te diste.
No te necesitaba antes de conocerte, por tanto, tampoco te necesito ahora así que déjame seguir con mi vida y no preguntes porque no eres más mi amiga.
Aprendí que la soledad se puede convertir en una aliada para enfrentar tus mentiras.
Lo que por mucho tiempo pensé que era amistad terminó siendo falsedad.
Tengo muchos planes para estos días, pero para que estén completos me falta una persona en ellos.
Me pediste tiempo, y te lo agradezco porque me sirvió para darme cuenta de que hay vida más allá de ti.
Cada silencio que guardo contigo, grita que te amo con locura.
Durante mucho tiempo dijimos ser amigas, y lo que más me dolió fue desaparecer de tu corazón.
Me recuerdas a los días de lluvia, pues son fríos y tristes.
Muchas veces estamos inconformes, pero al tiempo nos daremos cuenta de lo felices que éramos.
No aguanté tus reproches, y debes vivir en un sueño si piensas que algún día alguien los aguantará.
Conmigo has sido tan mala amiga que para mi llevas siempre la capa de invisibilidad.
Tu amistad no vale nada, así que decidí alejarme de ti.
Eras la que más hablaba de amistad, pero no cumples ni una de las cosas que predicas.
Me gusta darme cuenta como me mientes en la cara y finges simpatía.