Gracias por enseñarme que, en esta vida, nadie es imprescindible.
Ahora que me has perdido te das cuenta de lo bien que estabas conmigo.
Conmigo no cuentes más, es más fácil que ocurra cualquier milagro a que yo en ti vuelva a confiar.
Si me perdiste no fue por error, fue porque no me querías.
Me pediste tiempo, y te lo agradezco porque me sirvió para darme cuenta de que hay vida más allá de ti.
No aguanté tus reproches, y debes vivir en un sueño si piensas que algún día alguien los aguantará.
Si te ignoro es porque no significas nada para mi.
Hubo un tiempo en el que te llamaba amiga, ahora directamente no te llamo.
Traté de olvidarte, y mi sorpresa fue que lo conseguí sin problemas.
No sé cuanto tiempo podré seguir disimulando todo lo que siento por ti.
Pensaba que en la idiotez había unos límites, pero conociéndote me he dado cuenta de que no.
Si yo quiero y tú quieres…¿por qué ninguno de los dos da el paso para comenzar a hablar?
Si algo te molesta, dilo, no te lo guardes para hablar de ello por detrás.
Si tienes algo que decirme, que sea a la cara por favor, soy todo oídos.
No entiendo como teniéndome tan cerca andas hablando con todo el mundo menos conmigo.
Nos vemos todos los días, no me creo que no tengas tiempo de hablar conmigo lo que vas hablando con los demás.
Solía ser tan buena amiga, que ignoraba tus indicios de falsedad.
Lo mejor de nuestra historia de amor es que se terminó.
No voy a pedir perdón por algo que no he hecho yo, así que puedes esperar ese momento, que nunca llegará.
Creí que eras mi amiga, pero luego me di cuenta de que fue todo un sueño.