Ansío el día en que me regales unas horas de tu vida, para poder conocerte mejor.
Si no tomas las riendas de tu vida, otros lo harán por ti, y te digo que es mucho más divertido cuando es uno mismo quien las tiene en sus manos.
¡Dibuja la historia de tu vida con miles de colores, y verás cómo será más divertida!
Desde que llegaste a mi vida, en mi cabeza solo hay una palabra, ¡amor!
Aprovecha cada fin de semana para disfrutar la vida cerca de tus seres queridos, pues no hay nada que te pueda hacer más feliz.
He aprendido a disfrutar de los pequeños detalles de la vida y ahora sonrío cada día.
Suelo dar gracias por todo lo que tengo en esta vida, así no se me olvida lo hermoso que es vivirla.
No sé si existe el amor de mi vida, pero mientras lo averiguo, cuido de mi.
No olvides que no tendrás otra vida para volver a intentar todo lo que no hiciste en esta.
Cerca de mis amigos disfruto más la vida, ¡porque me alegran todos los momentos del día!
Acepta todas las oportunidades que la vida te da, pues son regalos maravillosos.
Para que el amor dure toda la vida, el cuidado y el respeto deben estar presentes cada día.
Hay mucho por hacer en esta vida, ¡y todo es cuestión de comenzar y de andar!
Tú me has enseñado a dar valor al amor a cada día, pues así se hace para que dure toda la vida.
A veces nos olvidamos de disfrutar la vida durante tanto tiempo, que solo nos damos cuenta cuando ya es demasiado tarde.
Hay que agradecerle a la vida por el simple hecho de estar vivo, sano y rodeado de personas que nos aman incondicionalmente.
Despertar y agradecerle a la vida por cosas mínimas como poder comenzar un nuevo día, es un hábito que cambiará tu vida.
Ámate, cuídate y date muchos mimos, ¡y verás la vida con más positivismo!
Nos enamoramos y desde ese momento no dejé de pensar en ti, de querer pasar tiempo contigo, de querer cuidarte, de hacer todo lo posible para que siempre estés bien. Gracias por demostrarme lo mismo, ¡eres el amor de mi vida!
A pesar de las tristezas y los errores, la vida siempre busca una forma de maravillarnos.