Estar contigo, mi novio lindo, es vivir en un sueño que se hizo realidad.
Mi amorcito, empezar la semana es lo más lindo si despierto y estás conmigo. ¡Feliz inicio, cariño!
Me costó aceptar que por más que pase nunca me vas a mirar.
Hija, comencé a amarte el día que supe que te tendría.
Siempre que me despierto sonrío al pensar que tengo el novio más maravilloso del mundo.
Estuviste presente en tantos momentos que ahora es imposible borrarte de mis recuerdos.
Como me arrepiento de pensar que nuestra relación sería un felices para siempre.
Te perdí y todavía me pregunto porqué fue.
Cuando te miro, la noción del tiempo.
Haré todo lo posible para que tengas la mejor vida, hija mía.
Te busqué por tanto tiempo, que ahora que te encontré tengo la certeza de que derrotaremos esta distancia momentánea.
Todo es mucho más difícil si has perdido tu autoestima.
Hija, no hay nada que me haga sentir más orgulloso que ser tu papá.
Tú me enseñaste todo lo lindo de enamorarse.
¡No paso un día sin decirle a mi esposo cuanto le quiero!
Si algo tengo seguro es que si tuviera otra vida volvería a elegir pasarla contigo.
No hay nada más emocionante que los días previos a volvernos a encontrar.
Hija mía, antes de que nacieras ya te amaba, y cuando te vi, sentí algo que no había sentido antes y que sé que nunca desaparecerá.
Hija, mi corazón te pertenece, y mis días están marcados por tu sonrisa.
Amorcito, me encanta imaginarme la vida a tu lado, y pensar en todo lo que ya pasamos. Doy gracias a Dios por tenerte, porque me ames, y porque contigo es todo siempre lindo. ¡Te amo!