Soy una mujer que aprendió cayendo en el camino, y ahí está mi fortaleza.
Mantener siempre la cabeza erguida es el secreto de los vencedores.
Reflexionar sobre lo que vamos a decir antes de decirlo puede ahorrarle muchos disgustos a quien tenemos delante.
Si lo que dices te parece que tiene sentido ¡Dilo! Y si no, dilo de igual forma para que te corrijan. ¡Así es que se aprende!
Mientras más alta sea la montaña, más grande será tu logro.
Sé que a pesar de las circunstancias seguiré luchando con firmeza y constancia.
No puedes modificar nada del pasado, pero sí del presente y verás los cambios en el futuro.
Si crees en ti ya tienes la mitad del trabajo hecho.
La presión siempre saca lo mejor de ti en el momento que menos esperas.
Si te atreves puedes lograrlo, y si no lo logras, pues ganaste sabiduría.
Todos sabemos que una sonrisa desprevenida es mucho mejor que una fingida.
Ámate lo suficiente como para poder amar a quienes te rodean.
Comienza por escalar un árbol, luego una montaña y ¿Por qué no? ¡Un rascacielos!
No te pongas triste, tú lo lograrás y sentirás un gran orgullo de ti mismo.
Elegí ser valiente para proteger siempre a los míos.
Si de competición se trata, no hay mejor rival que tú mismo.
Yo nunca hago caso a los que me dicen que no podré llegar, pues sé que siempre me puedo superar.
En todo mal que trata de destruirme yo me fortalezco, y si caigo nunca me quedo vencida.
Todos deberíamos tomarnos un pequeño tiempo al día para cerrar los ojos y pensar sobre nuestros actos.
Despierta pensando en lo bueno que te deparará el día.